"...que terriblemente absurdo es estar vivo sin el
alma de tu cuerpo sin... tu latido..."
Luis Eduardo Aute
Dueña del laudo insondable
que has ejecutado
entre nuestras entidades,
mis enjutas palabras,
abatidas, deambulan inestables
por la cornisa del vacio
que has legitimizado...
Suicidan aquellas sus fonemas,
errantes... huerfanos...
en la tierra yerma
de un amor exiliado.
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