miércoles, 11 de septiembre de 2013

Con el grupo de lectura y Gabriela Exilart

El sábado pasado, a pesar de la tormenta, nos reunimos con las chicas del grupo de Lectura La Plata. Esta vez la invitada fue Gabriela Exilart, escritora que conocía desde hace un tiempo, pero no personalmente. Quiero compartir con Uds. "Los cuarenta", cuando lo leí me sentí identificada,  para ese entonces yo también había pasado recientemente esa barrera y comenzaba a hacer cosas que antes no me permitía, como dedicar mas tiempo para mi y hacer lo que me gusta: Escribir.

LOS CUARENTA

Soy optimista, creo que llegaré a los 80. Por tanto, estoy en la mitad de mi vida, ¿cómo no celebrarlo?

Los cuarenta me trajeron nuevos aires, nuevo rumbo. Punto de inflexión.

La madurez de a poco se fue asentando en mí, aunque sigue luchando contra esa jovencita curiosa que no fui, y que apareció en mi vida tardíamente.

Extraña mezcla de mujer y adolescente, me guste o no.

Mi adolescencia pasó sin que me diera cuenta, jugando a ser adulta, asumiendo roles que no eran oportunos.

Inversamente, a la fecha, cuento con una gran cuota de ingenuidad juvenil, no la de las jóvenes de hoy, que han perdido la inocencia prontamente.

Muchos sueños se estrellaron contra la pared indiferente de la realidad, más sigo soñando.

La vida es sueño… dijo Calderón de la Barca.

¿Qué sería de nosotros sin ese margen para la fantasía?

La risa de a poco va encontrando su camino.

Los gustos, mis gustos, van saliendo lentamente de la caverna de la censura.

Y estreno cada día una ilusión, y estreno cada día un desafío.

Y aunque la piel no tenga la tersura de antaño, es la misma piel que puede sentir la caricia.

Y aunque los ojos estén bordeados de pequeñas cicatrices de tiempo, conservan el mismo brillo intacto de la esperanza.

Y si de mi boca brotan palabras duras, también florecerán inolvidables besos.

La vida me trajo, esta tarde de lluvia, el perfume de un recuerdo añejo, casi olvidado.

Ese aroma a peligro, ese latir indómito, manos blancas, boca trémula.

Todo es sentir, más no arriesgar.

Ya no espero, avanzo.

No más ganas de llorar en esta tarde gris.


Que sirva el gris como aliciente, preludio del sol en la mañana.

Gabriela Exilart


 
 
 






2 comentarios:

Gabriela dijo...

Gracias Sandra por compartir mis letras en tu espacio de sueños. Beso grande.

Anónimo dijo...

me encantó! Flor