Desde el cuarto del hotel,
escucho tus pasos perderse en la niebla.
Tu mirada ha marcado mi piel:
llama que devora anhelos.
Cuando el sol de la noche se despierta,
y cerrás de este cuarto la puerta,
solo quedan en mis manos
las cenizas de los sueños.
escucho tus pasos perderse en la niebla.
Tu mirada ha marcado mi piel:
llama que devora anhelos.
Cuando el sol de la noche se despierta,
y cerrás de este cuarto la puerta,
solo quedan en mis manos
las cenizas de los sueños.